El 2020 presentó escenarios sin precedentes para nuestra sociedad. En mayo, el Director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, ya calificaba la pandemia como lo que se denomina en Ciencias Humanas un «Hecho social total«, que: “convulsa el conjunto de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores. La humanidad está viviendo –con miedo, sufrimiento y perplejidad– una experiencia inaugural. Verificando concretamente que aquella teoría del «fin de la historia» es una falacia… Descubriendo que la historia es, en realidad, impredecible. Nos hallamos ante una situación enigmática. Sin precedentes. Nadie sabe interpretar y clarificar este extraño momento de tanta opacidad, cuando nuestras sociedades siguen temblando sobre sus bases como frente a un cataclismo cósmico. Y no existen señales que nos ayuden a orientarnos… Un mundo se derrumba. Cuando todo termine la vida ya no será igual”[1].

En ese escenario, los pasos y acontecimientos generados desde el estallido social de octubre de 2019 continuaron desenvolviéndose. Las manifestaciones continuaron, menos masivas, pero igualmente intensas, y el desarrollo del proceso constituyente siguió su camino en todas las dimensiones que admite: ya sea como una instancia legítima de cambio en el orden constitucional heredado de la Dictadura, indemne tras décadas de “Transición”, o como una redistribución de pulsiones por parte de la clase política, escenificada con el fin de hacer una reconversión estética funcional a retener su posición de privilegio, y la salvaguarda del Modelo Económico.

Es en esa escena donde nuestro trabajo se instala como una lectura contingente, tanto de reporteo en la calle, como en la generación de contenidos que contaran la historia de lo que nos pasa de la forma más compenetrada posible.

El 1 de mayo, bajo severas restricciones sanitarias estuvimos en la convocatoria de la Central Clasista en Plaza Dignidad. En la breve actividad, rápidamente reprimida por decenas de efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros y más de media docena de vehículos blindados, un grupo no superior a 50 personas intentó realizar un acto que sería rápidamente neutralizado.

Revisa nuestro reporte aquí:

En agosto, nos trasladamos hasta las instalaciones del Junta de Vecinos Unión Las Turbinas, de Lo Espejo, donde pudimos reportear el trabajo de los vecinos y vecinas en las ollas comunes que, como consecuencia del desastre social y humanitario generado por la pandemia y las decisiones en materia de política económica tomadas por el gobierno, proliferaron en distintos lugares del país. Esta instancia de profunda solidaridad vecinal de clase, quedó plasmada en el siguiente reporte:

La Contingencia nos llevó una vez más al sector de Dignidad el 4 de septiembre, fecha de conmemoración del triunfo electoral de la Unidad Popular.

Una vez más, y con un fuerte contingente policial en el centro de Santiago, los manifestantes se dieron cita con pancartas alusivas al Plebiscito del 25 de octubre. Como ha sido la tónica desde el inicio de la pandemia, la estrategia de “copamiento” ejercida por Fuerzas Especiales impidió a la gente reunirse de forma masiva en el lugar.

Algunos días después, las escenas se reiterarían en el cuadragésimo séptimo aniversario del Golpe. Revisa las mejores imágenes aquí.

El 18 de octubre, a un año del Estallido Social, una multitud de personas avanzó por la Alameda en dirección al oriente, emulando las multitudinarias caminatas de miles y miles de personas en octubre y noviembre de 2018, donde las concentraciones llegaron incluso al millón de personas. Revisa el momento aquí:

En noviembre, una manifestación exigiendo la libertad de los presos políticos de la revuelta, fue rápida y violentamente reprimida por Fuerzas Especiales. Mira nuestro reporte acá:

Más adelante, el 17 del mismo mes, estuvimos en el acto conmemorativo del 121º aniversario del natalicio de Clotario Blest en el Cementerio General: “Hoy día, en este proceso constituyente, queremos decirles a esos que quieren vestirse de ovejas democráticas, que cuando gobernaron fueron lobos rapaces contra el pueblo trabajador. Les decimos desde esta tribuna que no los olvidaremos, y que cuando se cuente la historia, les diremos : ustedes no tienen ningún derecho a representar al pueblo de Chile, porque no lo merecen, y porque hicieron más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres”.

Considerado el Rector del movimiento social y sindical chileno, fundador de la CUT y la ANEF, el mito del sindicalismo chileno fue homenajeado por sus pares y herederos en el movimiento libertario, en un momento lleno de emoción, reivindicaciones y poesía. Revísalo acá.

A finales de ese mismo mes, el 25 de noviembre, se vivió el Día de la Erradicación de la Violencia de Género, con manifestaciones frente al Palacio de Tribunales y una masiva concentración frente al GAM.

En el segundo semestre, iniciamos un ciclo de entrevistas, buscando historias que le dieran voz y relato al presente.

Nuestra primera entrevistada, fue Joanne Cabrera, madre de Jeremy Ramírez, preso político de la revuelta acusado de incendiar la estación de Metro La Granja. Al momento de esta entrevista, Jeremy Ramírez cumplía más de un año en presión preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad, con régimen de encierro de 21 horas diarias: “El Estado tiene preso a Jeremy. El no está preso por lo que hizo, sino porque el Estado mira la paja en el ojo ajeno, y no en la mierda en la que nos tiene a todos en este país y sus injusticias. Ellos saben que, cuando el pueblo se une se logran las cosas, y por eso las condenas que le están tirando a los cabros son aberrantes. Quieren atemorizar a la población, y que nadie levante la voz, o los brazos”. Jeremy Ramírez tenía audiencia de formaliza programada para el 5 de enero pasado. Revisa la entrevista completa aquí.

Luego, nos trasladamos al corazón de la revuelta en Santiago, para conversar con un miembro de las brigadas sanitarias de primeros auxilios en el sector de Plaza Dignidad, José Ruminado Ayala.

Veterano de las movilizaciones estudiantiles, donde también colaboró en labores de rescate, José Ruminado presta servicio en el sector más álgido de las manifestaciones desde el mismo 18 de octubre: “Al principio atendíamos intoxicaciones por gases y heridas por impactos de balines y bombas arrojadas al cuerpo”. Más adelante, el voluntario reflexiona sobre la violencia que le ha tocado ver en la Zona Cero: “Existe una violencia constante de parte del Estado, pero no podemos declararnos pacifistas, si las movilizaciones llegaron a la mesa, fue por la violencia contestataria de la gente”. Luego, resaltó la importancia de mantener estándares mínimos de disciplina al momento de manifestarse, no solo por la importancia de mantener en vista que las movilizaciones tienen un fin político y no lúdico, sino además por la importancia del autocuidado el momento de enfrentar situaciones de riesgo: “Es importantísimo comprender que quienes van a cualquier movilización, lo hacen por un tema ideológico. Todos tenemos que tener claro ese punto. No puede ser que la gente venga manifestaciones a carretear. Lo mismo para quienes vienen simplemente a mostrarse y a obtener material para publicar en sus RRSS. Está bien, todos estamos orgullosos de participar en esto, pero aquí lo más importante es lograr nuestro cometido. Esto se gana en la calle, no presumiendo en Redes Sociales».

Revisa el testimonio de José Ruminado aquí:

El proceso político que vive nuestro país, vibra en las esferas más disímiles: ¿Cuál será el rol de los pueblos originarios, de los partidos políticos?, ¿Cuál será la participación de quienes abogaron por el Rechazo al proceso y hoy incluso se presentan como candidatos?, ¿Porqué parlamentarios y autoridades de gobierno insisten en abandonar sus puestos para ir a las elecciones considerando que la ciudadanía se pronunció de manera inequívoca respecto a una Convención íntegramente electa?.

Pese a todo esto, y a la evidente saturación informativa de la pandemia, el tema de los presos políticos de la revuelta aparece como una persistente sombra gris, que camina junto a nosotros todos los días. Como alguna vez fue el exilio, los detenidos desaparecidos o los ejecutados políticos de la Dictadura, los presos de la revuelta, caratulados como delincuentes, terroristas e incluso “enemigo interno” por el propio Presidente de la República, la presencia latente de quienes han perdido un año de sus vidas encerrados en duro régimen, nos acompaña sin descanso.

En ese contexto, conversamos con el abogado Lorenzo Morales, quien participa de una ONG que presta defensa a los presos de la revuelta: “Existe una confusión en Chile respecto al concepto de prisión política y lo que se denomina presos de conciencia. Para los británicos, por ejemplo, Gandhi no era un preso político, era un terrorista. Lo mismo Mandela”. Respecto al proyecto de ley de indulto, que al momento de la entrevista era una idea presentada por un grupo de parlamentarios, Morales puntualizó: “Es bien intencionado, no quiero pensar mal. Además me parece positivo que se quiera trabajar sobre la extensión de las prisiones preventivas, que en algunos casos son excesivamente largas. Por otro lado vemos que a los uniformados que están procesados no se les aplica la misma regla. Hay imputados por amputaciones y lesiones gravísimas que están con arresto domiciliario en su casa, mientras otros están hace más de un año en prisión preventiva sin evidencia contundente, además procesados por Ley de Seguridad del Estado con el mero afán de aplicar una mano más dura”.

Cerramos el ciclo 2020 con un reflexivo encuentro con el activista por los Derechos Humanos Patricio Véjar. Veterano de las luchas contra el salvajismo de la tiranía, integró organismos emblemáticos como la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, y fue parte del equipo de Formación en Derechos Humanos de la Vicaría de la Solidaridad.

Además, ha puesto especial esfuerzo en los organismos que exigen el cierre de la Escuela de las Américas, Academia Militar ubicada en Panamá donde oficiales de las fuerzas armadas de toda Latinoamérica cursan “seminarios” sobre antiterrorismo y guerrilla urbana, que han dado como resultado el peor semillero de torturadores, asesinos y violadores de Derechos Humanos de nuestra historia reciente.

Respecto a la prisión política, Patricio Véjar señala que implica “toda respuesta del Estado ante la acción política de una persona, independiente de los bienes jurídicos afectados. Uno puede estar de acuerdo o no con las motivaciones políticas o con la proporcionalidad de la acción, por ejemplo si la acción política es promover las áreas verdes y a propósito de eso se colocan bombas, ahí uno objeta la proporcionalidad. Pero estamos viviendo un proceso de transformación política, y las acciones que están siendo juzgadas por el Estado, y que han generado prisión política, son parte de ese proceso. Los procesos de liberación conllevan a la prisión política. La prisión política es parte de la lucha”.

Respecto al proceso constituyente, y al rol que debe cumplir la ciudadanía organizada, Patricio Véjar releva la importancia de atender a aquellos grupos que estarán fuera del debate oficial: “Si dentro de la Convención Constitucional logra conformarse un bloque anti-neoliberal, que sea capaz de resistir y generar un encuentro con lo que estará ocurriendo afuera de la Convención, eso hará el debate mucho más interesante. Efectivamente hay una franja del movimiento popular que está profundamente desarraigada de las instituciones y que legítimamente desconfía de todo. Desde los poderes del Estado y la Academia, se reconoce esta desconfianza como algo negativo, pero nunca se buscan las causas. La desconfianza es una emoción construida, no se nace desconfiado, se desconfía porque desde la elite del poder siempre ha habido engaño y corrupción. Por lo tanto hay un grupo fuerte de actores sociales para los cuales la Convención no tiene el mismo valor que para otros, y las ideas de este mundo deben estar presentes”. Revisa nuestro encuentro con Patricio Véjar aquí:

[1]https://www.pagina12.com.ar/262989-coronavirus-la-pandemia-y-el-sistema-mundohttps://www.pagina12.com.ar/262989-coronavirus-la-pandemia-y-el-sistema-mundo